jueves, 12 de noviembre de 2015

Un día de fútbol feliz

Hoy fue un día feliz, así como lo son los días en que el fútbol es protagonista, esos días donde el país se viste de amarillo, azul y rojo para alentar a sus ídolos y donde la esperanza se convierte en el único método para sobrepasar la intriga de lo que serán estas famosas eliminatorias a la copa del mundo.

Un día para recordar como el día en que la Selección Colombia empató con el mejor equipo de América en su momento, en un partido que generaba muchas expectativas gracias a las habladurías de ciertos periodistas que indicaban que la era de Pékerman llegaba a su final y que el plantel estaba en un momento crítico que probablemente los llevaría a una derrota; con lo que no contaban era con la astucia del estratega argentino que replanteó el juego de una selección estancada y le dio un giro de 90° al darle la oportunidad a jugadores como Daniel Torres y Jackson Martínez demostrando que la selección puede tener un nuevo aire.


Y sí, aunque muchos no lo crean estoy elogiando el trabajo de Jackson Martínez, que durante los primeros 45 minutos dio un aire diferente a la táctica de Pékerman y junto a Luis Fernando Muriel que para mi fue el mejor jugador de la cancha, llenaron de esperanza a millones de colombianos.


Fue un día feliz porque grité un gol de James Rodríguez, un jugador orgullosamente colombiano que se da el lujo de anotar en el Real Madrid y en la Selección Colombia después de una lesión que lo alejó un tiempo de las canchas, fui feliz porque el equipo volvió a jugar sin miedo y supo enfrentar a un rival difícil y en su propia casa y sigo feliz porque ratifico que la vida es como el fútbol, "no se trata de tener buenas cartas sino de jugar bien las que uno tiene".

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